El despliegue forma parte de la vida militar. Pero ser asignado a servir en el extranjero o en otro lugar puede afectar en gran medida a su familia.

Si tiene hijos, es posible que se enfrenten a momentos difíciles mientras se adaptan a la vida durante la movilización.

Le presentamos algunos consejos para facilitarle la transición a los niños de cualquier edad.

Desarrolle un sistema de apoyo con antelación

Antes del despliegue, familiarícese con los programas y recursos de apoyo disponibles en su rama militar y en su comunidad. Hablar con otras familias que han pasado por ello puede darle una mejor idea de lo que puede esperar.

Un sistema de apoyo formado por amigos, familiares y profesionales de confianza puede ayudarle, tanto si tiene una emergencia como si necesita un hombro que le reconforte.

Su sistema de apoyo puede incluir:

  • Familiares
  • Amigos
  • Otros padres militares
  • Consejeros escolares
  • Terapeutas
  • Profesores
  • Entrenadores
  • Programas comunitarios para jóvenes
  • Su pediatra
  • Su comunidad religiosa

Sea claro con su hijo

Su hijo puede tener preocupaciones y miedos cuando uno de sus padres es desplegado. Es esencial hablar de estos temores y no ignorarlos. Usted puede:

  • Hablar honestamente con su hijo sobre lo que está sucediendo de una manera apropiada para su edad.
  • Pregúntele por sus miedos y escúchele. Nunca le diga que sus miedos son absurdos.
  • Responda a las preguntas de su hijo con un lenguaje sencillo y claro. Mantenga los detalles adecuados a su edad.
  • Céntrese en lo positivo. Hable con su hijo sobre cómo se mantendrá en contacto con mamá o papá mientras esté fuera: por teléfono, enviando tarjetas o mensajes de texto. Hable de sus planes para cuando vuelva a casa.

Espere cambios de comportamiento

Es normal que los niños se sientan alterados durante la movilización de uno de sus padres. La vida puede parecer fuera de control debido a los cambios en la estructura familiar y la rutina. Sus sentimientos pueden manifestarse en cambios de comportamiento y reacciones físicas.

Dependiendo de su edad, su hijo puede:

  • Tener un retroceso. Siempre que se produce un cambio importante en la vida de un niño, es posible que vuelva a comportarse como antes. Puede volverse quejumbroso, muy apegado o empezar a mojar la cama después de meses sin hacerlo.
  • Estar de mal humor, irritable o hacer berrinches. No se sorprenda si un incidente menor provoca una crisis mayor. Los niños estresados suelen perder su capacidad para manejar situaciones que antes les habrían resultado simplemente molestas.
  • Sentirse confundido. Los niños más pequeños, que no tienen una buena noción del tiempo, pueden preguntarse por qué mamá o papá no están a la hora de comer o de acostarse. Su rutina se ve alterada por la ausencia de uno de los padres.
  • Sentirse ansioso. Los niños en edad escolar entienden mejor lo que significa el despliegue. Les puede preocupar que mamá o papá se hagan daño o que nunca vuelvan a casa.
  • No sentirse bien. A veces el estrés se manifiesta físicamente, como dolores de estómago, de cabeza o pérdida de apetito. Su hijo puede querer dormir más o tener problemas para conciliar el sueño.
  • Portarse mal. Su hijo puede mostrar un comportamiento inusualmente agresivo en la escuela o parecer ansioso o deprimido. Sus calificaciones pueden bajar.
  • Enojarse. Los adolescentes en particular pueden sentirse enojados por la ausencia de uno de sus padres. Pueden sentirse inseguros de su nuevo papel en el hogar, sobre todo si tienen que asumir nuevas responsabilidades.

Explore las formas en que puede apoyar a su hijo

Adaptarse a la movilización no es fácil, pero hay algunas medidas que puede tomar para que la transición sea menos estresante para su hijo.

Cuídese usted primero

Es difícil ser una presencia tranquilizadora para sus hijos si usted está con el alma en un hilo. Asegúrese de hacer ejercicio, dormir bien y comer sano durante esta época estresante. Dedique tiempo a hablar con amigos cercanos sobre sus preocupaciones y acuda a un terapeuta si lo necesita.

Asegúrese
de que la familia y los cuidadores estén alineados

Si hay otras personas que colaboran en el cuidado del niño, hable con ellas. Manténgalos informados de las preocupaciones, inquietudes y posibles problemas de comportamiento de su hijo.

Intente mantener las rutinas

Que papá o mamá no estén a la hora de dormir no significa que deba saltarse el cuento. Las rutinas hacen que los niños se sientan seguros y queridos, sobre todo en momentos de estrés. Sea constante con la hora de dormir, de comer y de jugar.

Limite el flujo de malas noticias

Especialmente si su cónyuge es desplegado a una zona de conflicto, no tenga las noticias encendidas todo el día. Oír un flujo constante de noticias sobre bombardeos y zonas de guerra solo provocará más ansiedad. Del mismo modo, vigile el acceso de sus hijos a internet para protegerlos de las imágenes gráficas.

Por otro lado, si ocurriera algo, puede transmitir a su hijo información adecuada a su edad. Empiece preguntándole qué ha oído sobre la situación. A continuación, comparta con él la información básica, evitando detalles gráficos.

Mantenga a sus hijos ocupados

Los niños deben seguir participando en las actividades que les gustan. Si su hijo juega en una liga de futbol o asiste a un club de ajedrez extraescolar, anímele a continuar. Estar rodeado de amigos y participar en actividades sociales es una buena distracción y les da un respiro de las preocupaciones.

Empiece una nueva tradición

Empezar una noche de juegos en familia o una excursión de fin de semana puede darles ánimo a los niños. Los nuevos amigos o actividades pueden hacer que no piensen en su padre o madre ausente. Además, tendrán algo divertido que compartir cuando papá o mamá vuelva a casa.

Mantenga cerca al padre o madre desplegado

Anime a su hijo a escribir notas y hacer dibujos para enviárselos a papá o a mama. Un recuerdo como una foto, un peluche o una prenda de ropa puede ayudar a su hijo a sentirse cerca. Preparar un paquete y enviarlo permite al niño expresar sus sentimientos.

Haga un calendario

Dependiendo de la edad de su hijo, querrá saber cuánto tiempo va a estar fuera mamá o papá. Tachar los días en un calendario (o quitar eslabones de una cadena de papel) puede ser un recordatorio visual. Verán el progreso y se emocionarán con el futuro reencuentro.

Pida ayuda

A veces, puede sentirse abrumado y necesitar ayuda. Puede beneficiarse de la terapia familiar si:

  • Los cambios de comportamiento de su hijo parecen extremos o se prolongan durante mucho tiempo.
  • Los problemas de conducta empeoran en lugar de mejorar con el paso de las semanas.
  • A su hijo le resulta difícil separarse de usted.
  • Su hijo se obsesiona con la seguridad del progenitor desplegado.
  • Cree que su hijo puede tener comportamientos de riesgo, como beber, consumir drogas, fumar o mantener relaciones sexuales.

Las movilizaciones son estresantes para todos los implicados. No tema pedir la ayuda que usted o sus hijos necesiten.

Acerca de pediatría

Desde la nutrición hasta las enfermedades, desde el atletismo hasta la escuela, los niños enfrentarán muchos desafíos al crecer. Los padres a menudo tomarán decisiones importantes sobre el cuidado de la salud por ellos. Esperamos ayudar a guiarlos a ambos en ese viaje. UPMC Children’s Hospital of Pittsburgh se clasifica constantemente en el cuadro de honor de los mejores hospitales infantiles de U.S. News & World Report. UPMC Magee-Womens Hospital es un líder nacional desde hace mucho tiempo para las mujeres y sus recién nacidos. Nuestro objetivo es brindar la mejor atención a sus hijos, desde el nacimiento hasta la edad adulta y más allá.