El pie de atleta es una infección fúngica común y algo molesta que se propaga muy fácilmente. Prospera en ambientes húmedos y cálidos como en piscinas, duchas y vestuarios públicos y dentro de calzado deportivo sudado. De ahí su nombre, pie de atleta.
El pie de atleta no suele ser una afección grave, pero puede ser doloroso, causar picor y ser antiestético.
Causas del pie de atleta
El hongo que causa el pie de atleta prospera en zonas húmedas y cálidas. El contacto con los pies y dedos del pie de alguien que padezca la enfermedad o con una superficie contaminada, como el piso de una ducha, un vestuario o una piscina puede provocar una infección. Los zapatos apretados que no permiten la circulación de aire y hacen sudar los pies también fomentan el crecimiento del hongo tras un contacto inicial.
Signos del pie de atleta
Puede sospechar que tiene pie de atleta si nota que sus pies presentan uno o más de los siguientes síntomas:
- Picazón y ardor.
- Piel agrietada y escamosa, especialmente entre el cuarto y el quinto dedo del pie.
- Grosor inusual de la planta o de las uñas de los pies, acompañado de agrietamiento y descamación. También puede perder las uñas de los pies, ya que se desmoronan y se caen.
- Aparición de ampollas en todo el pie, normalmente concentradas en la planta.
Factores de riesgo del pie de atleta
Ciertos factores pueden aumentar las probabilidades de contraer pie de atleta, entre ellos:
- Los hombres son más propensos a contraer la infección que las mujeres.
- Las personas con sistemas inmunes debilitados y los adultos de edad avanzada son más susceptibles.
- Las personas que viven en climas cálidos son más vulnerables al pie de atleta.
Usted puede reducir el riesgo de contraer la infección evitando las duchas y vestuarios públicos a menos que use calzado protector, como unas chanclas.
También puede utilizar calzado deportivo que permita un flujo de aire adecuado, evitando así el riesgo del crecimiento de hongos. Asegúrese de secar sus pies completamente después de mojarlos. Evite las actividades en las que los pies permanezcan mojados durante periodos prolongados.
Tratamiento del pie de atleta
Afortunadamente, el diagnóstico del pie de atleta es bastante sencillo: por lo general, su médico puede diagnosticarlo con tan solo observar el pie.
La infección se puede tratar con una crema para el pie de atleta de venta libre que contenga un agente antifúngico. Estas cremas se aplican en la zona infectada y la afección debería resolverse en pocas semanas.
Puede haber algunos casos en los que la infección por hongos sea más persistente y necesite que su médico le recete un antifúngico oral o una crema antimicótica.
Si su caso es grave, o si tiene ampollas asociadas al pie de atleta, corre el riesgo de contraer una infección bacteriana que requiera un tratamiento con antibióticos orales o una pomada antibiótica tópica.
Debe mantener sus pies limpios y secos y evitar volver a exponerlos al hongo. Es más probable contraer pie de atleta si lo ha tenido anteriormente.
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