La fiebre puede asustar a los padres. Ver sufrir a sus hijos –sea padre primerizo o no– nunca es fácil. Y cuando están enfermos con fiebre, a veces no sabe qué hacer ni adónde ir.

Independientemente de lo que marque el termómetro, hay varios factores que debe tener en cuenta antes de llamar al pediatra de su hijo o acudir a urgencias.

La edad del niño, los síntomas y la lectura de la temperatura determinan los pasos a seguir.

Comprender la fiebre

Saber por qué se produce la fiebre y qué hay que tener en cuenta le ayudará a sentirse más preparado para afrontar la próxima.

La temperatura corporal media de su hijo es de 98,6 grados Fahrenheit (37 grados centígrados). Esta lectura puede fluctuar a lo largo del día, oscilando entre 97,4 y 99,6 grados Fahrenheit (36,3 y 37,5 grados centígrados).

Una temperatura superior a 99 grados Fahrenheit (37,2 grados centígrados) es señal de que el cuerpo de su hijo está luchando contra una infección. Cuando hay una infección, el sistema inmunitario libera sustancias químicas que elevan la temperatura interna del cuerpo. Una fiebre baja no indica necesariamente una situación grave, al igual que la ausencia de fiebre no significa necesariamente que no haya un problema.

Normalmente, la mayoría de las fiebres desaparecen en tres o cuatro días y no requieren más que una hidratación adecuada, medicación sin receta y reposo.

Cómo influye la edad en el tratamiento de la fiebre

Normalmente, cuanto más pequeño es el niño, más rápida es la respuesta.

Si su bebé tiene menos de 3 meses y presenta fiebre igual o superior a 100,4° Fahrenheit (38 grados centígrados), debe buscar atención médica inmediata.

Las enfermedades pueden agravarse rápidamente, y el sistema inmunitario de un bebé no es tan robusto como el de un niño mayor. Avise al pediatra de su hijo para que lo evalúe en la consulta o en urgencias. Evite la tentación de administrar medicamentos antifebriles hasta que su hijo haya sido examinado por un médico.

Además, asegúrese de tomarle la temperatura por vía rectal para obtener una lectura más precisa.

Si su hijo tiene entre 3 meses y 3 años y presenta una fiebre igual o superior a 102,2 °F (39 °C), póngase en contacto con el pediatra de su hijo para determinar si debe ser visto. Cuando se trata de niños mayores, su comportamiento y nivel de actividad lo dicen todo. Usted es quien mejor conoce a su hijo, así que sabrá si se trata de una enfermedad leve o si es necesaria una visita al médico.

Si su hijo presenta lo siguiente con una temperatura corporal elevada, probablemente no sea grave y deba seguir su curso:

  • Sigue interesado en jugar o en las actividades normales
  • Sigue comiendo y bebiendo bien, con orina de color claro (lo que indica una hidratación adecuada)
  • Sonríe y está despierto/consciente de lo que le rodea
  • El color de la piel y el aspecto general son normales
  • Mejora su comportamiento y su aspecto cuando le baja la fiebre

Muchas veces, la fiebre aparece en mitad de la noche, lo que genera pánico e incertidumbre sobre cómo tratarla.

De nuevo, la edad y los síntomas acompañantes determinarán si debe esperar a ponerse en contacto con el pediatra por la mañana o llevar al niño a urgencias. Siga los consejos de su médico para tratar la fiebre en casa en función de su situación concreta y concierte una cita para ver al médico al día siguiente. En las primeras horas de la tarde, es probable que la consulta de su médico tenga un médico de guardia preparado para atender llamadas fuera del horario laboral, de modo que puedan dirigirle de la mejor manera posible a la atención adecuada en el lugar adecuado.

Cuando los niños tienen fiebre, suelen estar inquietos, no comen y están visiblemente incómodos.

No obstante, si su hijo presenta alguno de los síntomas siguientes, llame inmediatamente al pediatra:

  • Fiebre de 104 °F (40 °C) – o superior que no disminuye a pesar de las medidas de tratamiento casero.
  • Letargia – no se trata simplemente de fatiga. En este caso, su hijo está flácido, casi no responde y no hace contacto visual.
  • Irritabilidad – de nuevo, no se trata simplemente de malestar o inquietud. Un niño verdaderamente irritable llorará durante horas sin apenas interacción verbal y será casi imposible calmarlo.
  • Meningitis – Aunque existe una vacuna para evitar esta grave enfermedad, los síntomas incluyen fiebre alta, rigidez de nuca o dolor en la nuca, vómitos, dolor de cabeza y dolor ocular a la luz brillante. Compruebe y anote cualquier otro síntoma que presente su hijo, como tos, vómitos, erupción cutánea, etc., e informe al pediatra.

Causas de la fiebre alta en los niños

Si su hijo tiene fiebre, es muy probable que se deba a una de las siguientes afecciones:

Infección viral

Los virus son la causa más frecuente de fiebre en los niños, y no requieren antibióticos. Un virus debe seguir su curso durante varios días. Estas infecciones incluyen:

  • Resfriados
  • Gripe
  • Roséola
  • Varicela
  • Enfermedad de manos, pies y boca
  • Quinta enfermedad

Infección bacteriana

Tratables con antibióticos y contagiosas, las infecciones bacterianas pueden esperar 12 horas hasta que su hijo sea visto por un médico. Ejemplos comunes son:

  • Infección de oído
  • Sinusitis
  • Neumonía
  • Infección de vejiga
  • Faringitis estreptocócica

Cómo tomar la temperatura a su hijo

Puede utilizar los siguientes métodos para tomar la temperatura a su hijo:

  1. Termómetro axilar de vidrio normal – Aunque anticuado, el método axilar sigue siendo el más preciso. También es uno de los más difíciles de utilizar cuando el niño está alterado y se mueve mucho. Para tomar la temperatura axilar, mantenga el termómetro en su sitio durante tres minutos, asegurándose de que la punta penetra profundamente en la piel suave de la axila.
  2. Termómetro de oído – Un método cada vez más popular, rápido y sencillo que utiliza un sensor de infrarrojos para medir la temperatura de la energía que irradia el tímpano. Aunque el tímpano es un punto preciso para medir la temperatura corporal, un oído puede dar una lectura de varios grados distinta de la otra. La regla general es que si la temperatura es cercana a la normal, probablemente sea la correcta. Si la temperatura es de 103 °F (39,5 °C) o superior, confirme la lectura con un termómetro axilar de vidrio.
  3. Termómetro digital – Es un tipo de termómetro que puede utilizarse para realizar una lectura oral, axilar o rectal. Son mucho más rápidos que los termómetros de cristal, aunque se pierde algo de precisión, como ocurre con el termómetro de oído.
  4. Termómetro frontal – Este método de lectura de la temperatura del niño, presente en la mayoría de las consultas de pediatría, es indoloro, no da miedo y es bastante preciso. Al igual que el termómetro de oído, utiliza tecnología de infrarrojos para medir la temperatura central del cuerpo.
  5. Termómetro de chupete – Una herramienta no invasiva fácilmente accesible y considerada como un método aceptable para tomar la temperatura del niño.

Alivio casero de la fiebre

Si su hijo está sano y no tiene menos de 3 meses ni presenta otros síntomas graves que requieran atención inmediata, puede aliviar las molestias que provoca la fiebre. Como siempre, consulte al pediatra de su hijo para asegurarse de que está haciendo lo correcto para su estado específico y su salud general.

A la hora de administrar la cantidad adecuada de medicamento, dosifique siempre en función del peso del niño y no de su edad.

Medicamentos

  • Acetaminofeno – Este antifebril y analgésico existe desde hace mucho tiempo y es eficaz en la mayoría de los casos. Puede utilizarse junto con el ibuprofeno, alternando entre ambos durante el periodo de dosificación recomendado. Este medicamento también puede ayudar a aliviar los dolores corporales.
  • Ibuprofeno – Este medicamento también es eficaz para la fiebre y el dolor. Suele ser más eficaz cuando la fiebre es alta y dura más tiempo. Puede utilizarse junto con el paracetamol, alternando entre ambos durante el periodo de dosificación recomendado.
  • ADVERTENCIA – No administre aspirina a niños menores de 12 años. El síndrome de Reye es un trastorno grave pero poco frecuente que provoca daños cerebrales y hepáticos. Se da en niños que han tenido infecciones víricas recientes. Los que toman aspirina para tratar una infección corren mayor riesgo de padecer el síndrome de Reye.
  • Es importante mantener la energía de su hijo. Si su hijo vomita y no puede retener ningún medicamento, puede utilizar supositorios de paracetamol disponibles en su farmacia local. Los supositorios se administran en el recto del niño. Reemplace los nutrientes una vez que el estómago se haya asentado con alimentos suaves, como galletas saladas, compota de manzana, arroz y tostadas. Es probable que no tenga mucho apetito y no pasa nada. Es más importante mantener a su hijo hidratado. Evite todo lo que contenga especias, lácteos o cítricos, que pueden agravar el estómago.

Baño tibio y compresas frías

Aunque puede que no sea la sensación más cómoda con una temperatura corporal más alta, un baño fresco –no frío– puede ayudar a reducir la fiebre rápidamente. Se recomienda utilizar el baño frío junto con la medicación antifebril, no en su lugar. Aplicar un paño frío en la frente también puede aliviarle.

Líquidos fríos

Beber líquidos fríos puede ayudar a bajar la fiebre y mantendrá al niño bien hidratado. Dele Pedialyte para reponer electrolitos y mucha agua.

¿Cuánto dura la fiebre?

La mayoría de las fiebres y los síntomas catarrales que las acompañan pueden durar de tres a cinco días. Si la fiebre de su hijo dura más tiempo, debe acudir al médico para eliminar cualquier riesgo de complicaciones. Consulte a su pediatra si los síntomas de su hijo empeoran o la fiebre sube a pesar del uso de remedios caseros.

Llame a su médico

Si su hijo tiene entre 3 meses y 3 años de edad y presenta fiebre inferior a 102,2 grados Fahrenheit (39 °C), pero también:

  • Rechaza los líquidos o parece demasiado enfermo para beber lo suficiente para mantenerse hidratado
  • Tiene diarrea duradera o vómitos repetidos
  • Muestra signos de deshidratación (orina menos de lo habitual, no llora, está menos alerta y menos activo de lo normal)
  • Tiene una dolencia específica (como dolor de garganta o de oídos)
  • Mantiene la fiebre después de 24 horas (en niños menores de 2 años) o 72 horas (en niños de 2 años o más)
  • Tiene mucha fiebre, aunque solo dure unas horas cada noche
  • Tiene un problema médico crónico, como una cardiopatía, cáncer, lupus o anemia falciforme
  • Desarrolla una erupción cutánea
  • Siente dolor al orinar

Acuda a urgencias

Si su hijo experimenta alguno de estos síntomas:

  • Llanto incesante
  • Dificultad para respirar (una vez despejada la nariz)
  • Labios, uñas o lengua azules
  • Irritabilidad extrema
  • Dificultad para despertarse o negativa a moverse
  • Erupción cutánea nueva y repentina o manchas moradas que imitan hematomas en la piel
  • La zona blanda de la cabeza parece abultada o hundida
  • Cuello rígido
  • Dolor de cabeza intenso
  • Inclinación hacia delante y babeo
  • Convulsiones (pueden ocurrir en niños con fiebres de 105° F o más)
  • Dolor abdominal

Rangos de temperatura

  • Las temperaturas entre 99-100° F (37,2-37,7° C) generalmente no son motivo de preocupación. Puede tratarse de una variación normal de la temperatura durante el día y puede controlarse en casa hasta que el médico la evalúe.
  • Las fiebres de 100,4 a 103° F (38-39,4° C) deben consultarse con el pediatra. Este le ayudará a determinar los pasos a seguir.
  • Las fiebres altas en niños de 104° F (40° C) o más, que bajan rápidamente a 100 o 101° (37,7-38,3° C) con las medidas de tratamiento descritas, tampoco suelen ser graves y pueden esperar hasta la mañana, a menos que su hijo tenga 3 meses o menos.

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Acerca de UPMC

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